
La Presidenta Cristina Fernández de Kirchner habló ayer por cadena nacional y anunció lo que presentó como una "asignación universal para la protección social". Se trata de un decreto que le da a los desocupados, trabajadores que no están registrados en la economía formal y a los discapacitados, una asignación de $180 por cada hijo menor de 18 años.
"Esto constituye un paliativo para aquellos sectores que todavía no tienen la posibilidad de un trabajo decente", expresó la Presidenta ayer al mediodía, "De ninguna manera esto será el fin de la pobreza".
Según el decreto firmado por la jefa de Estado y todo el gabinete, el pago se hará por medio de una tarjeta magnética -se crearán cuentas en el Banco Nación- con fondos de la Anses engrosados a partir de los recursos procedentes del desaparecido sistema jubilatorio privado. La financiación será de casi 10 mil millones de pesos.
En un comunicado, la Comisión Nacional de Justicia y Paz del Episcopado expresó su "satisfacción" tras la medida anunciada por la Presidente y aseguró que así habrá "una nueva igualdad de derechos que corrije fuertes inequidades".
Además, la Iglesia expresó que "ciertamente esta asignación no soluciona las causas estructurales de la pobreza pero significa un importante paso para aliviar la indigencia, al otorgar un mínimo de ingresos que muchas familias y hermanos nuestros estaban necesitando".
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